Cód. ruta : PR-AS.116 | Dificultad : Baja. |
Desnivel : 148 m. 🔺 |
Núm. kms : 3,3 km |
Duración : 1h. aprox | Fecha : Agosto de 2.022 |
Descripción : La ruta de pequeño recorrido denominada "Cascada A Seimeira" (PR-AS.116), al igual que la totalidad del concejo de Sta. Eulalia de Oscos, está incluida en la Reserva de la Biosfera de Río Eo, Oscos y Terras de Burón. El nombre de esta ruta no deja de ser curioso, ya que el término "seimeira" en eonaviego (lengua característica de este territorio de los Oscos), no significa otra cosa que "cascada". El recorrido se encuentra perfectamente señalizado. Se puede alargar con 1 km. más de camino ascendente, hasta llegar al pueblo de Busqueimado. Merece la pena seguir para visitar su capilla dedicada a San Antonio, flanqueada por dos ejemplares de "texos" centenarios . Tiene su inicio en el pueblo de Pumares, con bonitas construcciones tradicionales de muros de piedra y tejados de pizarra. Situado a la orilla del río Agüeria, será éste el que haga de guía en esta fácil ruta de escaso desnivel y plagada de leyendas. Al poco de iniciar el recorrido aparecen los restos de una "muela", artilugio utilizado para afilar cuchillos y herramientas de trabajo gracias a la fuerza del agua. No en vano, uno de los oficios de esta zona consistía, hasta no hace mucho, en la elaboración artesanal de navajas. Siempre con el río a la izquierda, y siguiendo por el boscoso camino que lo bordea repleto de alisos, fresnos, castaños y robles, se presenta entre ruinas y desvencijadas casas conquistadas por la vegetación, el pueblo de Ancadeira. Otro ejemplo más de esta Asturias vaciada, deshabitado desde los años setenta. Según consta en el Diccionario de Pascual Madoz (1847), Ancadeira llegó a tener 35 habitantes y su principal fuente de ingresos era la fabricación de clavos, ya que sus tierras no eran de buena calidad para la agricultura, según ellos mismos reconocían : "en la parte baja y por un estrecho puente de madera, se atraviesa el río, cuyas aguas no se utilizan en el riego por la desconfianza que tienen los vecinos del mal terreno que ocupan". Prueba también de su ancestral aislamiento es lo que cuenta la llamada "Leyenda del Valle del Desterrado", en la que un criado no pudo llevar a buen término un mandado de su señor y, después de muchas vicisitudes al no poder aplicarle la pena oportuna, al final fue desterrado "a un sitio donde no oyera "carro rinchar" (carro chirriar), "galo cantar" (gallo cantar), ni "campá soar" (campana sonar). Este sitio era Ancadeira y, desde entonces, a este valle se le conoce como el Valle del Desterrado". Una vez atravesado el pueblo y siguiendo un kilómetro más por terreno prácticamente llano, se llega a un área recreativa en la que llaman la atención las llamadas "corripas". Se trata de cercas circulares hechas de piedra y utilizadas para la conservación de las castañas, cuando todavía conservan sus "oricios" o erizos. Desde aquí ya sólo restan unos 300 m. más de subida para contemplar el precioso salto de agua de más de 30 m. de altura, que da nombre a esta ruta y también conocido como "A Seimeira de Murias". |
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