miércoles, 5 de marzo de 2014

Monumento Natural - Cuevas de Andina




Fecha de Publicación Decreto 44/2002
Superficie 11,9 ha.
Concejos El Franco
Localización Se trata de una depresión kárstica que da lugar a un valle semicerrado, recorrido por un pequeño arroyo que termina en el río El Mazo.  Está situada cercana al pueblo de Andía, en la parroquia de Arancedo.  A 8 km. de la capital del concejo (La Caridad).
Vegetación La zona se encuentra colonizada por alisos, abedules, laureles, castaños, fresnos, avellanos, acebos, tejos y robles.
Fauna Se encuentran zorros, jabalíes, corzos, nutrias, ardillas, azores, cernícalos o lechuzas.

Otros tipos de protección
    Interesante
      • Al tratarse de terreno calizo, el agua se fue filtrando poco a poco a lo largo del tiempo generando galerías kársticas de caprichosas formas y con una gran gama de colores debido a su variada mineralización. Estas mal denominadas cuevas, quedaron al descubierto debido a la actividad minera desarrollada en época romana (s. I y II d.C.), con el objeto de extraer el oro, abundante en esta zona. 
      • Asi, se puede decir que el paisaje que se puede contemplar en la actualidad es mitad natural, mitad transformado por la actividad humana.
      • A grosso modo, el método que utilizaron los romanos para esta explotación consistía en abrir canales en la roca, colocando fuego en la base.  Una vez que ya se alcanzaba una temperatura adecuada, soltaban agua desde la parte alta produciendo tal contraste que provocaba la fragmentación de la roca.  Luego se trituraban los bloques obtenidos y se decantaban para obtener el oro.
      • Desde el exterior, es apenas visible dada la abundante vegetación.  Mezcla entre bosque atlántico y mediterráneo, incluye hasta 20 especies distintas de helechos.
      • Sólo se permiten visitas guiadas y se requiere reserva previa
      • En su recorrido se puede ir contemplando A Pena da Llamúa, El Pozo de Agua Verde, A Cova das Grallas, El Forno del Mosqueiro, A Grieta,...  hoquedades y galerías con formas y colores que llaman la atención.  También restos apenas visibles de El Caleiro (horno de cal) de Llamazo, de donde a principios del s.XX y, a través de un trabajoso proceso, se transformaba la piedra caliza en cal.  En aquellos tiempos era material indispensable para la construcción, saneamiento y abono de las tierras.

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