C.I. Muniellos - Oballo - Moal - Bosque de Moal (Cangas del Narcea)

Cód. ruta : PR.AS-252 (un tramo)                   PR.AS-132	Dificultad : Media
Desnivel :  426 m. máx. 🔻                   426 m. máx. 🔺	Núm. kms : 14,98 km.
Duración : 5h. 30' aprox.	Fecha : 23 de mayo de 2.021

Descripción :      El trazado de este recorrido une el PR.AS-252 (Ruta a Oballo), con el PR.AS-132 (Ruta del Bosque de Moal) y discurre íntegramente por el Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, declarado Reserva de la Biosfera en el año 2.003.    Se parte del Centro de Interpretación de la Reserva Natural Integral de Muniellos.  Aparte de visitar las instalaciones, alrededor del mismo se pueden hacer dos pequeños recorridos que permiten contemplar el magnífico entorno de Muniellos desde sus miradores, el del Pico San Luis y el de La Candanosa.    El camino a Oballo comienza con un desnivel de unos 150 m. en poco más de kilómetro y medio, por la falda del pico Vallinas hasta llegar a la Braña del Cochariechu.  Hacia la mitad, en una zona llana y boscosa, hay una pequeña ermita con unos rústicos bancos, en la que se puede hacer un descanso.     Una vez pasada la braña, comienza el descenso hacia Oballo por una  ancha y cómoda pista que conduce a la parte alta del pueblo.  Según se baja por su calle principal, se van viendo tanto antiguos y peculiares hórreos, como nuevos establecimientos hosteleros.  También un área recreativa, la de Penoucueto, inaugurada en 2.019 y desde la que se puede contemplar una amplia panorámica de los bosques de Moal, la siguiente meta de esta ruta.    Se sigue bajando hasta llegar al entorno de la plaza de la fiesta, ya en las afueras del pueblo, y en este punto, ya se toma la pista asfaltada que lleva a Moal.  Si se escogiese el desvío a la derecha de esta pista, se llegaría otra vez al Centro de Interpretación, completando así el PR.AS-252.    Moal fue nombrado "Pueblo Ejemplar de Asturias" en el año 2.018 y aquí es donde comienza el PR.AS-132, una ruta circular que discurre por los bosques de castaños, robles y hayas de su entorno.    Se atraviesa el pueblo hasta llegar a la ermita de San Juliano donde se cruza el río.  La ruta está bastante bien señalizada, aunque en algunos tramos, al coincidir con la variante PR.AS-132.1 ("Entorno del Río Tablizas")  puede provocar la confusión.  Y por lo menos, hasta llegar al Collado Moncó, la ruta discurre por un sendero bien reconocible y sin dificultad.    Al principio se va compartiendo camino con el río Tablizas o Muniellos mientras se van sucediendo los troncos retorcidos de castaños centenarios junto con algún "corru" (círculo hecho con piedras en los que se almacenaban las castañas para que se fuesen secando los erizos, tapándolos con la ayuda de helechos y hojarasca, y asi recoger las castañas apenas sin esfuerzo).     Según se va ascendiendo se puede contemplar a lo lejos algún "cortín" que, al igual que los corros, son construcciones circulares de piedra, donde se colocan las colmenas o "truébanos" para protegerlas de la glotonería de los osos.  Uno de los mejor conservados es el Cortín de Cadenas.    En el trayecto hasta el Mirador de Montecín habrá que salvar un desnivel de unos 400 m. en una distancia de unos 4 kms.  Aunque no es una subida muy pronunciada, al ser tan continuada y transcurrir todo el camino entre bosque, hace que se haga bastante pesada.  Para compensarlo, la pista irá atravesando varias veces el arroyo de Fondesa por pequeños y precarios puentes, mientras se atraviesa un precioso hayedo.    Al poco tiempo de abandonar el bosque, y apartándose un poco del camino, se llega al mirador desde el que se puede contemplar parte del bosque de Muniellos, la sierra de Oballo, el entorno del puerto del Connio y varios valles de Cangas del Narcea.    Una vez retomado el camino, se va en suave y corto descenso hasta el Collado Moncó.  Ya, en este punto, habrá que tomar un estrecho camino apenas visible entre maleza y piedra y por el que habrá que salvar, en apenas un kilómetro, todo lo subido antes.  Habrá que tener cuidado también en la parte final, ya que el camino coincide con un pequeño riachuelo que, dependiendo de la época en que se haga la ruta, puede anegarlo.